"Cuando una persona se da cuenta de veras de que su forma de vida anterior ya no vale y que la búsqueda comienza, emprende un tortuoso camino que no tiene marcha atrás. En ocasiones, la angustia resulta tremenda y se pregunta, una y otra vez si no debería abandonar toda búsqueda. Pocos seres humanos cruzan a la otra orilla, la mayoría se limita a subir y bajar por la misma orilla..."
Este párrafo extraído del libro "El Faquir" de Ramiro A. Calle, refleja de una forma muy clara el despertar de esa semilla interior que todos llevamos dentro, pero de la que no somos conscientes y que muchas veces finaliza nuestra vida y esta semilla sigue dormida.
Pero otras veces hay un despertar y empieza a emerger con todo lo que ello conlleva, y es ahí donde Reiki empieza a trabajar eliminando los obstáculos que impiden nuestra evolución y permitiendo que una vez eliminados, podamos conectar con esa fuente de energía que va a permitir nuestro crecimiento interior ayudándonos a conseguir el equilibrio físico, mental, emocional y espiritual, y desde ahí poder ayudar a los demás seres a conseguirlo.
A partir de este momento en que habéis decidido emprender el camino del Reiki, os daréis cuenta que ya no hay marcha atrás y que ante vosotros se abre un mundo nuevo, el mundo de la Energía.
Hablar de Karuna significa seguir profundizando cada vez más en ese proceso de conocimiento y expansión interior que en su momento nos ofreció el Reiki.
Karuna nos ofrece además la posibilidad de desarrollar la compasión, no solo hacia nosotros mismos sino también hacia todo ser vivo, permitiendo que la luz brille en esas zonas de nuestro ser donde abrigamos juicios y críticas en lugar de pensamientos de amor para nosotros mismos y para los demás.
Cuando sintonizamos con la energía Karuna sintonizamos más fácilmente con nuestra conciencia superior y empezamos a percibir los mensajes que nos envían nuestros guías espirituales.
Os invito a que abráis vuestro corazón y vuestra conciencia a esta nueva energía.
"Escuchar nuestro corazón,
descubrir quienes somos, no es simple.
Demanda tiempo
antes de que el diálogo interior se tranquilice.
En el silencio del "hacer nada"
comenzamos a saber qué es lo que sentimos.
Si sabemos escuchar y oír los mensajes
que no son transmitidos, entonces cualquier
cosa en la vida puede ser nuestro guía.
Escucha."
Autor Anónimo
